Como cada año en invierno, nuestros incendios sufren el ataque de los verdómanos.
El más grave se desató hace dos días en la desolación de Djirangk, donde una rama de abeto descontrolada ha iniciado una catástrofe que aún nuestros fuegueros no han conseguido detener, debido a las fuertes lluvias. Varios de ellos se encuentran ahora en reanimación por la inhalación de aire sin humo y con síntomas de hipotermia por las bajas temperaturas de los bosques que brotan sin parar, de hasta 20 grados centígrados. La vegetación se propaga velozmente y ya son más de 500 las hectáreas arboladas y húmedas, que costará años volver a quemar.
La desolación de Djirangk en los primeros momentos de la catástrofe.Puede observarse cómo los árboles devastan las llamas de nuestros fuegos.
En estas imágenes se aprecia el estado de la zona, mientras tres unidadesde fuegueros trabajan intensivamente para volver a carbonizar.
Hoy 38 grados en Madrid a las 16:00.
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5 comentarios:
Que terrible, por favor... Aqui, en Argentina, suele pasar lo mismo. Pero las intensiones son, como en casi toda catastrofe, comerciales.
Incendian hectareas enteras para construir o deforestar y despues vender al mejor postor...
Hay de todo: intenciones comerciales, pirómanos, descuidos, interesados comerciales que se sirven de pirómanos.
Si algún día me quemaran ese trocito de sierra que recorro cada verano a golpe de pedal sentiría que una parte de mi vida se ha carbonizado, así que puedo entender lo que deben sentir ahora en Canarias o el año pasado en Galicia...
Un gran post Herel
¡¡¡QUÉ BUENA LA IRONÍA DE LA CRÓNICA DEL ANTIINCENDIO!!!
EL AÑO PASADO FUE BRUTAL CON GALICIA, ESTE AÑO LE TOCA A CANARIAS Y LUEGO... LUEGO A NUESTRA SIERRA DE MADRID.
Y DIGO YO QUE QUIEN PROVOQUE EL LINDO FUEGO PORQUÉ NO SE PRENDE SU PROPIA CASA EN VEZ DE IR DESOLANDO BOSQUES, SI TOTAL AL FIN Y AL CABO LUEGO ESO SE VA A EDIFICAR.
¡UN SALUDO!!!
Jc. Para bien o para mal, la sierra Oeste está tan urbanizada que es difícil que un incendio llegue lejos.
Chanchiss, o que se vaya a las fallas.
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