A alguien le salió la vena de abuelo cebolleta cuando dijo algo como "
los juegos de antes sí que eran buenos (los de 8 bits), con pocos recursos pero originales y adictivos".
Los videojuegos de antes eran una mierda, lo que pasa es que los ordenadores eran una novedad y nosotros nos tragábamos cualquier cosa. Nuestro umbral de impresionabilidad estaba por los suelos, y nuestra paciencia para soportar vodrios estaba acorde con la tecnología y la oferta de la época. Había menos juegos, eran difíciles de conseguir, o caros, y había que sacarles partido una vez los tenías. Hace veinte años pillabas un juego con un gráfico digitalizado en cuatro colores de pixel gordo, y corrías a contárselo a tus amigos con cara de flipe... y eso que la fotografía ya estaba inventada, pero era el hecho de verlo dentro de esa máquina.
Por otro lado, cuando han pasado varios lustros desde la época en la que te tragabas todos esos muñegotes pixelados, uno no puede opinar objetivamente sobre si era mejor lo de antes o lo de ahora, porque uno mismo ha cambiado, y quizá ya directamente no le gusten los videojuegos. Y no porque sean los de ahora ni los de antes, sino porque los intereses mutan o se saturan.
Ayer el agua nos supo riquísima. Hoy abrimos el grifo, bebemos, y pensamos: "el agua de hoy no es tan buena como la de ayer". Puede ser (sí sí, que puede que el agua de hoy sea peor), pero también puede ser que ayer tuviéramos mucha más sed y se nos haya quedado grabado aquel gran momento en el que ingerimos ese preciado líquido que nuestro cuerpo deshidratado y agónico clamaba. Si llevas 6 horas trotando al sol sin beber, incluso una botella de agua a 20 grados sabe a gloria, y así quedará registrado en nuestra memoria.
Y ¿originales?... Cuando algo empieza es normal que haya muchas obras originales, porque hay pocos precedentes. Cuando se acaba de inventar la escritura, los primeros escritos son todos hiperoriginales:
Por orden del faraón,
ejecutad a Simeón.
¡Oh! qué genialidad, ¡¡¡¡nuestro escriba ha inventado el pareado!!!!Es la ventaja de ser los primeros: hagas lo que hagas, tienes una altísima probabilidad de ser original. Los primeros que llegaron a un nuevo continente, andasen hacia donde andasen estaban descubriendo nuevos territorios. Pero cuando ya hay cien mil millones de obras literarias, es más dificíl escribir algo que no esté ya dicho entre las casi infinitas frases de los que escribieron algo antes que tú. Cuando ya está todo el territorio explorado y bautizado, tú ya no puedes ser otra cosa que un turista que recorre propiedades privadas e hitos con nombre.
No obstante, ocurría entonces con los videojuegos lo mismo que ahora, por cada género que surgía, llovían tres docenas de clones: rompeladrillos "Arkanoid"s, navecitas 2D destroza-botón-de-disparo-de-joysticks "Project-X"s, juegos de plataformas "Jet Set Willy"s, metemamporros "Double Dragon"s, laberintos RPG "Dungeon Master"s, shot'em up 3D "Doom"s...
Ahora hay más tercetos de docenas de clones porque la cantidad de usuarios ha crecido exponencialmente. Es raro quien no tiene ordenador (o consola). Y en cuanto a la producción, más gente ha estudiado informática, los lenguajes de programación son de más alto nivel y las peleas con las entrañas de la máquina las resuelven las librerías, y cualquiera que se lo proponga puede hacer con su ordenador cosas que hace dos décadas estaban reservadas a unos pocos.
Pero aun así, se puede ser original en un terreno sobado. Basta con hacer lo mismo que han hecho ya antes cien Fulanos... siempre que ni Dios conozca la obra de esos cien Fulanos
(y tú tampoco).
En muchos casos, señalar un hito del pasado como mejor que otro actual supone una afirmación difícilmente desmontable, sobre todo si el hito del pasado ha espichado o está "out" de lo suyo.
Por un lado, los muertos no tienen que demostrar nada, lo que son es lo que hay... lo que la gente recuerda de ellos, lo que ha quedado escrito, y las medallas que les han colgado.
Podían ser unos mantas, pero no se podrán medir cara a cara con sus equivalentes actuales para ver quién es mejor. Y, a poco que hayan hecho, tienen más fácil la ovación, por haberlo hecho o dicho antes, en otra época.
Me remito de nuevo al escriba ficticio: hizo un pareado, es el precursor de la poesía. Todos los que vengan después serán imitadores para el que quiera verlo así.
Pero sólo en el rango temporal que alcance la memoria de vivencias del opinante (normalmente el rango temporal de su propia vida): si el abuelo cebolleta Pepe vivió su niñez con jugador de fútbol Juanito en los años 40, Juanito será su hito base a partir del cual concluirá que antes se hacía mejor balompié que el que practican jugadores como "Romualdinho", de los años 90. Pero su nieto Pepito, también futbolmaniático, crecerá con Romualdinho, y por tanto en el 2060 pondrá a parir al crack del momento Balongopongo soltando el rollo cebolletero: "
Romualdinho sí que hacía buen fútbol, y no los jugadores de ahora" o "
los jugadores de antes amaban el fútbol, sólo cobraban 50.000 Euros mensuales. En cambio los de ahora, sólo juegan por dinero, cobran 1.000.000 de Euros mensuales"... casi na'.