Hoy, dando un paseo, divisé una protuberancia extraña en el tronco de una encina, y al acercarme a ver qué era descubrí toda una serie de esculturas moldeadas en barro y paja, y asentadas sobre troncos.
La primera impresión es que representan rostros de demonios, y en concreto demonios del estilo de las máscaras africanas usadas en los bailes y festejos tribales.
Desconozco el tiempo que llevan, pero están bien conservadas. aun con algunas grietas, salvo un par de ellas.
Esta máscara, gracias a sus notables protuberancias, fue la delatora. El demonio de antenas y ojos extensibles. Vamos a llamarle el demonio de ojos de caracol.
Ésta es la más discretita. La cabeza de un hombre-hormiga.
Agonía en el rostro de este demonio, retorcido como el grito de Munch y con ojos picasianos. El palo atravesando su nariz lo africaniza.
Brazalete.
Éste tiene pelo, pelo de cadáver, pero el rostro parece algo deteriorado o poco definido.
Este rostro caballuno parece que ha sido tintado de rojo.
2 comentarios:
Jajajaj, para mí el "pelo de cadáver" sería "el emo".
Pues sí, en comparación con los otros, es el que sufre por problemas emocionales.
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