Hará unos diez años que había bajado por primera - y última- vez del Yelmo, de La Pedriza, por la Vía Valentina SO (ver nota al final). Y es que no fue una bajada planeada, sino accidental.
Me puse a destrepar alegremente por la cara sur... y en cierto momento me ví atrapado en una superficie inclinada, con riesgo de resbalar si intentaba recular hacia arriba y con riesgo igualmente de despeñarme si saltaba el pequeño resbalón que tenía más adelante y no lograba adherirme a la superficie de roca inclinada que continuaba tras él. Un paso muy expuesto.
Tras un rato de bloqueo y temor, más cuando a unos metros de mi posición había una argolla para asegurar el descenso, decidí saltar girando en el aire para caer bocaabajo con más superficie de agarre y poder aferrarme a la roca con uñas y dientes.
Tras unos rasguños, continué destrepando buscando un camino para bajar, con la suerte de encontrarlo a través de una pequeña diaclasa, que moría cerca de la Torre Valentina. Si no, hubiera tenido que pasar por el bochornoso trance de tener que pedir auxilio.
El otro día volví con A. al Yelmo y quise acercarme de nuevo a ese punto, para valorar el descenso. Una vez ahí, y antes de lanzarme a las bravas a un punto sin retorno como la vez anterior, distinguí tres alternativas posibles:
- Una canal a la derecha en la que la roca tenía más irregularidades. A favor tenía la presencia de esas irregularidades para aferrarse y que la zona segura continuaba por ese mismo lateral, y en contra que el resbalón final era más alto.
- Una canal central, que fue por la que salté aquella vez. No tenía nada a favor y no iba a volver a bajar por ahí ni de coña.
- Otra a la izquierda que si bien era similar a la central, tenía la ventaja de que en la zona inferior, un par de metros más abajo del resbalón, existía un repliegue de roca que serviría de tope para frenar.
De modo que nos dejamos caer por la opción 3.
El siguiente asunto era pasar de esa zona segura aislada a la otra zona segura de la derecha, entre las cuales estaba el pequeño tramo de llambria que tanto me atemorizó. Yo pasé a la carrera, para neutralizar la componente vertical con la inercia horizontal. A. en cambio empezó a pasar muy despacito, confiando en la adherencia de sus botas, y creo que ahí es donde pasé más miedo.
El resto del descenso ya no tenía riesgos importantes: una bajada por una acanaladura con varios bloques al fondo para frenar y posteriormente encaramarse sobre ellos. Un descenso por empotramiento desde lo alto de esos bloques por una diaclasa, y finalmente tras escurrirnos entre un gran bloque y la pared por otra diaclasa, un tercer tramo de diaclasa más, esta vez expuesto y con tamaño de fisura, por la que hay que ir encajando un pie o medio cuerpo a medida que vas descendiendo.
Una vez superada la zona expuesta, el resto del descenso es más seguro entre hondas acanaladuras y bloques de freno y refugio |
Croquis de la bajada por el lomo suroeste |
(*) Notas:
La Vía Valentina que estoy viendo en varias entradas de internet difiere de la vía de descenso que realizamos nosotros en algunos puntos. El más llamativo es el tramo inferior, donde la gente en lugar de tomar por la diaclasa, usa un diedro que se aleja de la Torre Valentina hacia la derecha, según la foto superior, para aterrizar cerca de uno de los gendarmes. Ésta parece ser una alternativa, y por eso le he añadido a ésta la coletilla SO (Suroeste)
El punto peligroso se muestra en la foto de arriba rodeado de rojo.
La Vía Valentina que estoy viendo en varias entradas de internet difiere de la vía de descenso que realizamos nosotros en algunos puntos. El más llamativo es el tramo inferior, donde la gente en lugar de tomar por la diaclasa, usa un diedro que se aleja de la Torre Valentina hacia la derecha, según la foto superior, para aterrizar cerca de uno de los gendarmes. Ésta parece ser una alternativa, y por eso le he añadido a ésta la coletilla SO (Suroeste)
El punto peligroso se muestra en la foto de arriba rodeado de rojo.
(cómic por Ada) |