lunes, 14 de octubre de 2019

Lobúo

A la ida, caminando por lo alto de una ladera del valle, espanté sin querer a un búho real que descansaba en un nicho rocoso. Voló hasta la otra ladera.

Regresando por el fondo del valle, ya oscureciendo, al pasar por esa zona, me fijé en una figura en lo alto de un risco que vigilaba el territorio con aire señorial. Estaba muy lejos pero distinguí dos orejitas y pensé que podía ser el mismo búho real, que son unos bicharracos de gran tamaño.
Por si acaso le hice unas fotos con el zoom al máximo para verlo posteriormente más grande (aunque pixelado) en la pantalla del ordenador.

Y al final resultó que no era un búho sino un cánido, posiblemente un lobo.





domingo, 13 de octubre de 2019

Amargas

El Febrero pasado llené una bolsa de un par de almendros de mi abuelo y me salieron todas excelentes.
Ahora, en otoño recogí lo que quedaba al alcance de esos dos y de otro más que estaba cargadito y con almendras de gran tamaño.
El caso es que fui tan confiado que no hice la prueba previa de rigor, y es que hay almendros amargos y almendros dulces (o menos amargos).

Ese tercer almendro resultó amargo y acabé con una bolsa con unas y otras mezcladas. Menudo problemón. Aunque al final, probando y comparando, hallé un método para distinguirlas a simple vista que me funcionó en el 100% de los casos, al menos con esos árboles: las almendras con forma de corazón (más redondeadas) eran dulces, y las más alargadas eran amargas.

Se podría sacar un refrán de aquí: Almendra larga, almendra amarga