En el alféizar de mi ventana había una paloma blanca tiritando de frío. Me acerqué. Se sostenía sobre una sola pata. En la otra, recogida, tenía enrededa una madeja de hilo. La paloma giró levente la cabeza al notar mi presencia al otro lado del cristal, y se alejó unos centímetros hasta el borde mirándome con un sólo ojo.
Pensé que si se fiara, para mí sería muy fácil cortar el ovillo de hilo de su pata; podría estar un rato dentro para calentarse, y la ofrecería algo de pan y agua templada.
Abrí la ventana y la paloma echó a volar.
Si no hubiera hecho eso se habría traicionado a sí misma.
ResponderEliminarQué lástima, no podía saber de tus buenas intenciones...
ResponderEliminarEs mejor así, que los animales conserven su instinto de supervivencia.
ResponderEliminarYo habría ido con atrapamariposas para que no se escapara... :P
ResponderEliminarComo que te hubiera dado tiempo... y si lo consigues le causas un trauma a la pobre paloma XD
ResponderEliminar¿Sabes que las palomas son consideradas las ratas del aire, porque transmiten enfermedades a los humanos? :(
ResponderEliminarEntonces me hizo un favor al huir ¿?
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