lunes, 8 de septiembre de 2014

Test de defectuosidad


Descartando que el lector adivine desde un primer momento la trampa, lo que sin duda sucederá con la mayoría de mis lectores, el primer impulso del sujeto será no ser defectuoso.
Si a la primera no consigue ver dos colores, se concentrará y mirará más intensamente buscando la diferencia.
Llegará un momento en el que podrá rendirse y admitir que no lo ve, o engañarse a sí mismo, autosugestionarse, y ver una ligera variación en una de las muestras.

Se puede intensificar la necesidad del encuestado de autosituarse dentro de la opción ganadora, de huir de la otra, mencionando dentro de los preámbulos la relación de la opción antagonista con algún grupo humano denostado o aborrecido socialmente.

- Usted puede opinar A o B. Nota: la opción B está muy extendida entre los coeficientes intelectuales inferiores a 90.
- ¡Opino A, opino A!

5 comentarios:

Piedra dijo...

Yo por supuesto he acertado como todo el mundo, pero es que además nadie reconoce que ha hecho trampa, yo tampoco por supuesto. :p

Herel dijo...

Es que si todo el mundo acierta... hay que se muy tonto para fallar ;P

Herel dijo...

Na, es que cuando el cerebro se propone ver algo, lo ve.
Como cuando uno se propone tener razón, no va a ver más argumentos que los que le convengan.

Lenina dijo...

Con el ojo izqierdo los veo iguales, pero con el derecho... esque veo la bola derecha en 3D .. y no miento

Herel dijo...

No, si tú no mientes, el que te miente es tu ojo, jeje.
Te digo lo mismo que a Planseldon, si te pones, el cerebro ve lo que ve y otra cosa es lo que haya. Aunque gracias a eso podemos "ver" la mesa que representa un dibujo consistente en sólo 3 líneas, y más cosas que no están representadas realmente.