martes, 27 de abril de 2010

Valdelatas

Los últimos desarrollos urbanísticos del norte de Madrid a lo lejos, desde una apacible zona de tierras donde la urbe no parece haber llegado aún. La M-40 la contiene de momento... pero acabará llegando.
Los campos se extienden libres de vallados, surcados por caminos de tierra que conducen hacia las edificaciones que aparecen de tanto en cuanto, aisladas, antiguas casas de labranza aún en uso y habitadas, y también alguna que otra finca con chabola. Algún perro ladra, está suelto, pero se mantiene dentro de su territorio, simplemente te avisa de que no te acerques a la edificación que custodia.

Y hacia el norte más campos y montes, interrumpidos en el horizonte sólo por el volúmen de las montañas.

domingo, 25 de abril de 2010

En bici hasta el Pardo

Hoy me he ido hasta El Pardo con la bici. Hasta hace una semana no tenía ni idea de la existencia de la útiles vías ciclistas que han proliferado en los últimos años.
Han sido 40 kilómetros bastante agradables, pues la mayor parte del trayecto discurrió por vías exclusivas: carril bici/peatonal o caminos de tierra, sin tráfico, edificios ni semáforos.

El carril bici en el tramo que discurre en paralelo al río Manzanares

El bosque de ribera del Manzanares, en un reducto de conservación encajonado.

Pasando por encima de la M-40, la última gran barrera artificial para llegar a El Pardo.


La ruta dominguera que lleva hasta la presa de Mingorrubio.

Tras tantear una alternativa distinta para regresar, por el hipódromo de la Zarzuela, y no haberla encontrado (salvo circular un tramo por la incorporación M40-M30...), tuve que reengancharme a la vía ciclista por la que vine.
Actualización 2012:
El paso que en el 2010 estaba cortado debido al vallado y apropiación de un camino GR por parte de los dueños de una finca anexa, se encuentra actualmente abierto de nuevo.

jueves, 22 de abril de 2010

La Cañada Real

Estaba buscando una dirección en Coslada, con Google Earth, y de pronto me encuentro una cosa extrañísima. Una especie de urbanización lineal a lo largo de una calle que va su bola, atravesando descampados y rozando poblaciones. Y midiéndola me salen unos ¡¡¡¡16 Kilómetros de largo!!!! (y unos 100 metros de ancho de media)

Es la famosa Cañada Real. Sólo había oído hablar de ella por la tele, sale regularmente por problemas de diversa índole.

Y es que es un asentamiento en gran parte ilegal, eso lo sabía, pero no tenía ni idea de que tuviera esta forma tan curiosa... tan extensa. La singular urbanización parte de San Fernando de Henares y se extiende a ambos lados del recorrido de la Cañada real de merinas, hasta extinguirse cerca de Perales del Río. Durante la mayor parte del camino, a ambos lados detrás de las edificaciones no hay absolutamente nada, sólo descampados arrasados que uno puede imaginarse -por lo que ve en la tele- llenos de basura, chatarra y jeringuillas.
La zona no tiene transporte público ni servicio de recogida de basuras.

De vez en cuando el recorrido de la Cañada se interrumpe cortado por un terraplén bajo el que discurre una autopista (la cortan la M-45, la M-50, la R-3 y la A-3) , para a continuación seguir al otro lado como si nada, como un arroyo tras desaparecer momentáneamente debajo de un puente.

Es la Gran Muralla China de Madrid, una muralla de humildes viviendas y naves ilegales (aunque de tanto en tanto habrá una con piscina y dos Mercedes en el garage), que es invisible y que los turistas no visitan (y creo que los vecinos de los municipios cercanos tampoco).
Es un lugar donde el ayuntamiento (o los ayuntamientos, o la Comunidad de Madrid) no se mete mucho, porque cuando lo hace, cada vez que acude la policía a escoltar a las máquinas de derribo, hay trifulcas con los inquilinos ilegales y vuelan las pedradas. Por tanto es un foco de marginación y de trapicheos de droga.

He sombreado un poco de color lima-amarillento lo que sería el área urbana de Madrid (a ojo), para comparar la escala con la línea roja que representa al arroyo chabolista.

Y aquí un zoom representativo de lo que hay a lo largo de la cañada.

Tres de la madrugada

Las tres de la madrugada.
Insomnio.
Sólo el sonido de la lluvia incesante me hace compañía en la larga noche.
Tantas noches, tantas gotas golpeando el silencio… pero no volverás.

Quizá podrías pinchar este enlace.
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miércoles, 21 de abril de 2010

Creación de tracks o rutas para GPS

Desde Google Earth, nos posicionamos en la zona donde queremos hacer la ruta, y seleccionamos en el menú desplegable de la barra superior Añadir/Ruta.
Nos aparecerá una ventana con varias pestañas, que no deberemos cerrar hasta el final del proceso, pues en el momento en que la cerremos dejaremos de poder editar la ruta.
Así que movemos esa ventana a una esquina donde no nos moleste, y comenzamos a marcar puntos.
Empezamos localizando un buen sitio donde dejar el coche y vamos marcando los puntos de la ruta con el botón izquierdo. Si nos equivocamos podemos borrar con el botón derecho sobre el último punto de turno.
Usaremos la rueda del ratón para el Zoom, y las flechas del teclado para movernos.
No hace falta ser exahustivos en los tramos que no tienen pérdida, pero sí marcar bien las intersecciones de caminos, que es donde una vez en el terreno podemos tomar por donde no era.

Ya completada la ruta, le ponemos nombre, definimos el estilo de visualización en la pestaña "Estilo,color", y por último nos vamos a la pestaña de altitud. Aquí asignaremos una altitud general.
En este caso la altitud media de la zona es de 900 metros sobre el nivel del mar. Donde pone "sujeta al suelo" pinchamos y seleccionamos "relativa al suelo", para que se desbloquee el campo de la altitud. Introducimos "900m" y a continuación volvemos a marcar "sujeta al suelo", para una mejor visualización.
Aunque tras esta selección el campo de la altitud se haya apagado y puesto a cero, cuando grabemos el track se conservarán esos 900 metros.
(aquí tengo mis dudas. Si dejamos la opción por defecto "sujeta al suelo", sin tocar nada, la altura no es exportada, pero es posible que algunos modelos de GPS sean capaces de tomarla de sus mapas)

La ruta completa quedarí algo así, coloreada de verde:

En la columna izquierda de Google Earth, en la sección "lugares", buscaremos nuestra ruta, que figurará con el nombre que le hayamos puesto. Pulsamos sobre ella con el botón derecho del ratón, y "Guardar lugar como...". La guardaremos como archivo .kml en lugar de .kmz, ya que este primero es más fácilmente convertible a los formatos de los GPS, mediante el programa GPSBabel.

Ahora que está completa, podremos mover alguno de los puntos pinchando sobre él (siempre que esté visible la ventana de ruta, y que podemos rescatar de la misma forma que para grabar: botón derecho sobre la ruta y propiedades)

Esto sirve para planificar una ruta antes de haberla recorrido, por supuesto, si ya la conocías la zona totalmente desde el suelo no tiene sentido hacer esto, salvo que quieras compartirla, en cuyo caso es mejor recorrerla con el GPS y obtener un track perfecto con la altitud en cada punto.

Posibles problemas de estas rutas "a ojo".
Hay que conocer mínimamente la zona, para saber de qué terreno hablamos.
Un gran camino recto y ancho están bien en un terreno llano o suave, pero en zona montesa puede tratarse de un cortafuegos que surca los bosque subiendo y bajando de cima a valle sin importar la pendiente, sin mencionar que en estas pendientes se acumulan derrubios de roca suelta o surcos de escorrentías. Más seguros son en estos casos los caminillos serpenteantes, señal de que se adaptan a la topografía, los caminos por los que avanzaba el burro.
En cualquier caso es importante activar la casilla de "Relieve" en google Earth, que nos ayuda bastante a ditinguir valles y laderas.

Hay una página muy buena para encontrar tracks ya realizados expresamente para compartir, es decir, recorridos con el GPS: Wikiloc.
En cada ruta se especifica si es apta para trekking, bicicleta, moto o 4x4.
Se pueden descargar en formato .kml, con lo que basta arrastrarlas a Google Earth para visualizarlas y comprobarlas, y tras ello convertirlas para introducirlas en nuestro GPS.
 ** Para descargar una ruta hace falta registrarse, pero podemos pinchar en "Ver en Google Earth" y cuando nos aparezca la ventanita de elegir "Abrir con" o "Guardar como", seleccionamos la segunda opción, con lo que descargaremos el .kml

martes, 20 de abril de 2010

temporada de bicicleta

Después del Danubio en bicicleta hace dos años me hice el propósito de retomar la bici... pero al final lo dejé, hasta ahora.
No me considero ciclista, de hecho la bici en mis preferencias está muy por detrás de la espéleo o el campo a través, pero para hacer deporte en la ciudad sin acabar reventado por falta de forma es lo mejor.

Hoy he vuelto a coger la bici, por la Casa de Campo, y de paso he estrenado el nuevo GPS, ya que a causa de las lluvias de estos días me ha dado pereza salir.

En la Casa de Campo había pocos vehículos, en parte gracias a que varias de las carreteras están cortadas al tráfico, espero que de forma definitiva. En cambio, estaba tomada por ciclistas y corredores de footing.

Mientras no deje de fumar descarto hacer footing, porque regreso vomitando trocitos de pulmón sin haber corrido apenas un kilómetro.

El perfil del track que saca MapSource tras importarlo:

y la visualización el Google Earth:
Además de la línea y los waypoints automáticos con la altitud, estos van numerados, de modo que en el caso de rutas entrecruzadas, como es el caso, puedes reconstruir el sentido de la marcha.
El mapa base de MapSource es un truño, está mal geoposicionado, y este mismo track aparece desplazado, situado en medio de la carretera de Extremadura.
Por eso es mejor trabajar con Google Earth, que prácticamente lo clava.
Para pasar rutas y waypoints desde Mapsource a Google Earth tenemos dos formas:
1. Convertir el fichero .GDB de Mapsource a .KML con el programa GPSBabel (o cualquier otro software de conversión)
2. Desde Mapsource guardar los datos en formato .GPX, que es el formato estandar de conversión. El fichero generado .GPX puede ser arrastrado a Google Earth directamente.

Acuífero de aguas azul turquesa... sin duda por algún producto químico.

 Atravesando la vía del tren

 Fuera de las vías asfaltadas o de tierra compactada los caminos estaban embarrados, y al ir sin guardabarros, en cuanto pillas velocidad vas lanzando pelotillas de barro seco.

 Alrededor de los caminos urracas y gazapos.

retrato de Nino Bravo

Casualmente me he entrado que hace hace pocos días, y hace muchos años, falleció Nino Bravo.
Así que le he hecho un retrato con Strip Generator.
Pero no le voy a poner velitas ni nada ¿eh?

miércoles, 14 de abril de 2010

Anécdotas apócrifas de la historia 3

Anécdotas apócrifas de la historia
De lo acontecido a Mr. Cheapton y sus bugamanga
explorando las selvas interiores del África


Tras varias jornadas de dificultoso avance por la selva desde poblado de Monoentanga, donde Mr. Cheapton había adquirido a sus actuales porteadores de la tribu de los bugamanga, el millonario inglés alcanzó por fin de nuevo un una zona clareada, indudable indicio de un asentamiento cercano.

Los nativos les habían visto primero, mucho antes, mas optaron por permanecer al acecho por ver lo que hacían esos hombres cargados de cajas que seguían al mono rosa.
Cuando Mr. Cheapton llegó al centro del poblado nadie salió a recibirle. Las chozas parecían vacías, como comprobó asomándose a un par de ellas a la vez que instaba a sus porteadores a que atisbaran por su cuenta, aunque no abandonadas.
Sin duda la tribu se había escondido en la selva alertada por su llegada. Estarían asustados, pero si les esperaban allí, no tardaría en aparecer alguien, un emisario paria asignado para comprobar la peligrosidad de los extraños.

Quizá porque no habían descubierto aún lo de echar a suertes, el caso es que al poco aparecieron todos de golpe, llegando todos desde el mismo lugar y bien juntitos, como si fuera un batallón comprimido. Llegaron dando pasitos cortos y gritando algo parecido a un "Juja-Juja", y se detuvieron en bloque a veinte metros del explorador y sus bugamanga.

Mr. Cheapton se acercó llevando como su sombra a su intérprete local, un negro llamado Bum-Bum, y le indicó a éste que transmitiese sus saludos e intenciones pacíficas al jefe, que debía ser aquel de ellos con más cráneos de serpiente colgando de las orejas, según la costumbre extendida entre las diversas etnias de la zona. O para simplificar: el de en medio del grupo.

Tras el pertienente parloteo ininteligible para el inglés, Bum-Bum le comunicó los deseos del jefe de conocer inmediatamente los obsequios que el mono rosa había traído.
Mr.Cheapton lo tenía todo previsto, y cargaba algunas baratijas que en Europa no valían gran cosa, pero que impresionaban sobremanera a aquellos salvajes.
Así, se dirigió a una de las cajas y extrajo una palangana de latón, la cual ofreció al líder de la tribu ceremonialmente.

El jefe, arrugando la cara despreciativamente y escupiendo sobre el recipiente, se giró hacia atrás y, sumiéndose entre la marabunta de paisanos apiñados contra él a sus espaldas, volvió a emerger inmediatamente con un jarrón de plata de diseño veneciano que alzó con una mueca chinchona.

Mr. Cheapton, maldijo para sí. Comprendió que algún otro explorador blanco había pasado por allí antes que él, habiendo educado a aquellos salvajes con sus regalos excesivamente valiosos en el diferente valor de los metales y la talla.
No era la primera vez que le ocurría algo similar -¡Maldito turismo! ¡Esto ya no es lo que era!- Se lamentaba recordando su primer viaje al África profunda, hace diez años, cuando aún los salvajes se impresionaban y rendían ante un cepillo de dientes. Cuando jamás habían visto un blanco antes y le trataban como divinidad, cuando disparaba su rifle y era el Dios de Trueno.
-¡Tanta masificación lo jode todo!

El jefe ordenó a sus guerreros registrar la caja de regalos del mono rosa, y no habiendo encontrado más que baratijas insultantes, largó de allí al explorador y a sus bugamanga a punta de lanza.
Luego regresó a su choza a escuchar un roído disco francés en la gramola.

Anécdotas apócrifas de la historia 2

Anécdotas apócrifas de la historia
De lo acontecido al pastor Nicanor
por tocar por los montes un tambor

Se cuenta de un pastor, de nombre Nicanor, natural de una aldea de nombre intrascendente, pues las más de las veces se las pasaba en el monte o haciendo noche en los apriscos serranos donde se recogía con su ganado ovino y su bota de vino.
No le veían apenas el pelo en la aldea, y menos en la iglesia, lo que había provocado que sobre él se cernieran una serie de perversos rumores, rumores iniciados por la afilada lengua retórica del párroco local Don Crispín -que viajaba por la comarca en un flamante asno, y que había estudiado en Salamanca- y extendidos y ampliados en sus consecuencias por su cohorte de señoronas chochas de refajo y mantilla, de las que se lavan por dentro con agua bendita.

Un buen día, en sus trotes por jarales y roquedos, se encontró el pastor un viejo tambor, algo deslucido por la intemperie, pero totalmente funcional. Y de este fortuito encuentro surgió una nueva afición.
Lo llevaba consigo por los montes, y cuando se detenía lo tocaba, añadiendo ritmo a la desacompasada balada de balidos.
En días calmos, a veces, el sonido se escuchaba en la aldea, rebotado por los valles, e incluso algunos aldeanos le avistaban allí, pequeñito, en lo alto de las peñas con su tambor.

¡El loco solitario!
¡Está invocando al diablo! - sugirió Don Crispín, y como había estudiado en Salamanca y sabía de todo, por ejemplo latín, todos le creyeron.

El mismo Don Crispín, por librar a la comarca del mal que se cernía sobre ella a causa de las acciones de aquel endiablado, organizó una comitiva compuesta por varios labradores armados con varas, sus señoras con atizadores y crucifijos, una reliquia de la Virgen de los Songojos -patrona de los mancos y los cojos-, y un tanque de mortífera agua bendecida que cargaban entre cuatro mozos.

Se echaron al monte con un paso que pretendía ser solemne pero que se tornaba más bien tambaleante por aquellos caminos de cabras. Marchaban con Don Crispín a la cabeza, y los demás detrás de su cogote, tomando por donde los ágiles zagales, actuando de emocionados chivatos, indicaban, pues ya se habían adelantado para localizar a Nicanor.

El pastor, prevenido al haber tomado por sorpresa e interrogado a uno de los chiquillos, esperó a que el grupo llegara y, una vez todos allí, con la prepotencia de su falta de fe, se encaró con el cura sin darle tiempo a éste a preparar el tono de voz con el que pretendía abrir su deslumbrante discurso inquisidor.
-¡He oído que me acusáis de invocar al diablo con mi tambor!
-¿Acaso lo negáis?
-No puedo negarlo ante la presente evidencia de que el diablo ha acudido.

Anécdotas apócrifas de la historia 1

Anécdotas apócrifas de la historia
De lo acontecido al marqués de Valleperas
cuando se acercó a beber a una olmeda.

Marchaba el marqués de Valleperas por sus dominios, a lomos de su caballo bayo y acompañado por un pequeño séquito, cuando, sediento, encarriló hacia una olmeda en la que nacía una fuente, y a cuya sombra se hallaba un muchacho harapiento y de cara sucia.
-¿Cómo os llamáis, muchacho?
-Fidedigno, hijo de Fidedigno.
-¿Y de qué villa sois?
-De Villatocino.
-¿Trabaja vuestro padre en mis campos?
-Así lo dice su contrato.
-¡Sin duda cuando crezcáis seréis tan buen trabajador como vuestro padre!
-Sin duda lo seré, en estos campos o en aquellos de más allá, ¡pues qué remedio me queda! Ser un inútil es un lujo sólo permitido a la gente como vos.
...
A la vuelta a su palacete le esperaba allí su amigo el marqués de Fuencigüeña de la Peña, que había venido de visita, y escuchó divertido la anécdota.
-¿Así os respondió el zagal? ¡Ja ja ja! ¡Sin duda le daríais un escarmiento, mi buen marqués!
-De ello se encargaron mis lacayos, ¡hasta para dar escarmientos soy un inútil!
-No os atormentéis, pues al menos valéis para hacer a vuestros lacayos sentirse útiles.

martes, 13 de abril de 2010

Google Earth to Mapsource

Mapsource es el software que viene con los GPS Garmin para transferencia de rutas y waypoints de forma cómoda (o al menos más cómoda que con los botoncitos y la miniventana del GPS).
Cuenta con unos mapas funcionales y sencillos... y escasos.

Por tanto, es mucho mejor trabajar con Google Earth, por la calidad de las imágenes aéreas.
Para transferir los archivos de marcas de Google Earth (.kml) a Mapsource (.gdb) y así poder luego desde éste pasarlo al GPS, existe un software gratuíto llamado GPSBabel.
Fundamental.

Tengo GPS nuevo y acabo de pasar todas mis marcas de posición del Google Earth al Mapsource. El resultado es un archivo de más de 6 megas, lo que supone un problema pues en el GPS no cabe tanta información (además tengo que mirar como se borran los juegos que trae a ver si saco más espacio)
Cuando has importado una base de datos tan grande y quieres seleccionar sólo los waypoints importantes,se puede hacer de esta forma:

-Importar todos los waypoints en Mapsource, cargando el fichero .gbd convertido desde el .kml.


-Seleccionas los que te interesen con la herramienta de selección, haciendo un recuadro, o pinchando uno por uno y manteniendo pulsada la tecla [Shift] para que se vayan añadiendo.


-Nos vamos a la barra lateral izquierda donde aparecen todos los puntos en una lista y pulsamos sobre uno de los seleccionados con el botón derecho del ratón, y elegimos "propiedades de los waypoints".
(Si hiciéramos lo mismo sobre la ventana del mapa nos aparecería "propiedades del Waypoint", con lo que sólo podríamos modificar las propiedades de uno, perdiendo al resto del grupo)


-Cambiamos el símbolo, por ejemplo les ponemos una banderita roja (esto nos va a ser útil posteriormente para borrar selectivamente dentro del GPS), y seleccionamos la casilla de "categoría 1" (por ejemplo).


-En la misma lista de la izquierda, arriba, podemos aplicar un filtro. Aplicamos "categoría 1" con lo que ahora sólo veremos los waypoints que nos interesaba filtrar.


-Hacemos una selección global de todos estos waypoints, en la barra lateral mismamente.
-Hacemos "Copiar".
-En el menú de la barra superior seleccionamos Archivo/Nuevo.
-Con el nuevo ahora mapa en blanco hacemos "Pegar".


-Ya tenemos un mapa exclusivamente con los waypoints que nos interesaban. Ya podemos seleccionar Transferir/enviar a dispositivo sin que el programa nos transfiera todo el mogollón.

Si Mapsource permite hacerlo de una forma más sencilla... no lo he descubierto. Si seleccionas los waypoints que quieres, o incluso si haces un filtro por categorías ocultando el resto... al realizar la exportación al GPS te lo exporta todo todito, lo seleccionado y lo que no, lo que se ve y lo que no.

El proceso inverso es más fácil aún. En Google Earth seleccionamos Herramientas/GPS, marcamos nuestro modelo, en este caso "Garmin", y le damos a "importar".

domingo, 11 de abril de 2010

la tele

Si la tele es una mierda es porque los espectadores son una mierda.
No hay más calidad que antes, hay más variedad, y es problema del espectador elegir lo que ve, con qué actitud lo ve, o apagar.

sábado, 10 de abril de 2010

utilidad

Hasta una máquina de hacer pajaritas de papel es útil... sirve para hacer inútiles pajaritas de papel.

viernes, 9 de abril de 2010

Arroyo de los Hoyos

Aprovechando que tenía que hacer una cosilla en Manzanares, me fui luego a la Pedriza.
Tomé por la "autopista", subiendo por la canal del Pajarito, que me costó sudores, pues es todo cuesta arriba, y luego por la cuerda hasta pasado Tres Cestos, donde decidí descender por la senda de la Mina: una gran loncha granítica de superficie plana, y más abajo vías sin apenas obtásculos que te obliguen a a dar grandes rodeos, como ocurre haciendo campo a través por los valles interiores.

Abajo discurría el Arroyo de los Hoyos, que iba cargadísimo, una sucesión de cascadas y pozas. Con tanto caudal hay pocos puntos donde poder cruzarlo. Cuando hube descendido hasta la orilla me encontré con que por mi margen se levantaba un farallón vertical que obligaba a perder el cauce, pero pude saltar al otro lado gracias a una gran roca que volaba sobre las aguas y que contaba con otro cubo de aterrizaje al otro lado. Un salto fácil pero de esos que cuanto más te lo piensas más te flaquean las piernas.
Más adelante, tras un tramo de roca inclinada el canchal vertical prácticamente desaparecía, sustituído por laderas con bosque de repoblación y orillas enmarañadas y empantanadas. Volví a saltar de nuevo por otras piedrecillas que asomaban entre la corriente y tomé por la cómoda senda entre los pinares.

Perdí de vista por un momento el arroyo, y a la vuelta de un montículo reapareció requetecargado, pues ya se había unido con el Manzanares. Más adelante la Charca Verde, a tope, tan llena que el "tobogán" estaba en su mayor parte sumergido, y en las orillas gente tomando el sol, varios en pelotilla picada.

El resto hasta Cantocochino más o menos por el estilo, con gente relajándose en las orillas, algunos con el bañador, pero dudo que durasen mucho dentro del agua pues viene del deshielo y está congelada. De hecho hasta Julio yo aguanto segundos de lo fría que está.
En fín, bastante gente, aunque no tanta como habría un día de verano.

Encuadre atrapando un boulder de la otra ladera en medio del triángulo.

Tres Cestos, a partir de aquí aparecían
restos de nieve conservada en las umbrías.
Para llegar hasta aquí hay una pequeña trepadilla con tuercas que me estoy imaginando cómo la pasarán los excursionistas de "paseillo". El tema no es que haya una trepada así en el monte, el tema es que haya una trepada así en la ruta llamada "la autopista". Ese tramo cuanto menos se merece un cartel de "Final de autopista".

¡Arroyo de los Hoyos, Cascada de las Hadas,
Rivera de las Heras, Vaya aquí no hay Hayas!
Es la primera vez que bajo por esta zona.

Un enorme falo, y a lo lejos en lo alto la cabezota de Tres Cestos

El Arroyo de los Hoyos se encajonaba y hube de cambiar de orilla.

La Chaca Verde hasta los topes, ningún pingüino bañándose.

jueves, 1 de abril de 2010

¡Encontrada cueva ya conocida! (bis)

Me volvió a pasar lo mismo que con la cueva del Ave María de La Pedriza. Venga a buscar cada vez que pasaba por la zona hasta que al final ví una foto en internet, y resulta que era una covacha que ya conocía de antes. Yo me imaginaba otra cosa... más cueva.

En este caso era una covacha en la que entré la primera vez que descubrí la zona, y en aquella ocasión me pareció que se cegaba cerca de la entrada. Hoy trepé más hacia el embudo final, un tubo en rampa con una colada arcillosa, y salió a la luz un quiebro con un agujerín en el techo, suficiente para que cupiera una persona. Así que pa' dentro, o más bien pa'rriba.

Esta cueva está documentada en el catálogo de cavidades de Madrid con una detallada información que se limita a exponer que se encuentra en tal municipio, y luego un "sin datos".
En internet se encuentra más información... que delimita un poco más la zona donde cae, lo que no me sirvió de mucho, habiendo yo descartado la cueva buena.
También tiene su leyenda ridícula, y sus historietas de que tiene kilómetros de longitud, lo típico, que metieron un perro por ella y salió por el otro lado del monte. Cuando escuchas una leyenda de éstas ya te puedes imaginar cómo es la "cuevecita": un agujero estrecho en el que nadie se ha metido y sobre el que todo el mundo especula.

Tras verla por dentro, no dudo que tenga kilómetros, pero es todo diaclasa, gatera y tubo, un trazado "reptilíneo". De modo que la cuestión es hasta qué punto dejará de caber una persona, teniendo en cuenta que también tiene que volver hacia atrás.
Me interné unos 20 metros, sin muchos problemas: una sala alta y estrecha, una gatera, un pasillo estrecho, y hasta llegar a un punto donde la única continuación posible era bajar por un pozo ojival con el diámetro justo para encajar el pecho y sacar los brazos. Y yendo solo no me atreví sin saber si más abajo podría cambiar de posición o tendría que hacer contorsionismos analizando el perímetro con los pies. Porque esa es otra, por un pozo vertical no bajas de cabeza, y descendiendo de pié no se ve un carajo.
El problema de bajar de cabeza es que no sabes si vas a poder dar la vuelta en esa estrechez. Caso de quedarte atascado o apurado, con la cabeza abajo difícilmente podrás trepar hacia atrás, y en poco tiempo, en esa postura, la presión de la sangre en el cerebro te hará perder el conocimiento y morir.
De modo que en espéleo uno sólo se mete de cabeza por un agujero vertical o inclinado cuando sabe con seguridad que al otro lado continúa... o cuando tiene quien le saque por los pies desde atrás. Pero como norma general: nunca.

En cualquier caso me ha gustado, cueva húmeda en caliza, cerca de Madrid, y con un misterio que resolver sobre su posible continuación.

El suelo está pulido o recubierto por una fina capa terrosa, lo que supone mucha comodidad a la hora de arrastrarse. Cuando hay pedruscos sueltos duele.
Dentro escuchaba latidos, y eso que yo estaba muy tranquilo. Me puse la mano en el pecho para comprobarlo y nada, como el corazón de un muerto. El caso es que se escucharía porque era el único sonido que había ahí dentro, no había más, y parecía que los latidos provenían de la cavidad. Es inquietante esa sensación.
Me ha pasado otras veces, en espacios pequeños, tu corazón es lo único que escuchas en medio del silencio absoluto, pero como si proveniera de fuera.
Tras atravesar el agujerín se accede a la sala más alta
y húmeda de todas, por aquí se filtra el agua de la
superficie formando algunas coladas con venas.
Casi el final del recorrido, donde el túnel se bifurca, aunque
sólo una dirección tiene probabilidades de ser la continuación.
Esta zona es la más profusa en grabados, donde los visitantes
han ido dejado su nombre raspando la caliza.
(ese murciélago no sé de dónde ha salido)

Minitúneles que se ciegan de inmediato.

De haber continuación, es ésta: un tubo descendente, por el que no osé dejarme caer.

Esta galería tiene un pase sencillo: por abajo caben las piernas, y por arriba el cuerpo doblado. Es como los ropecabezas estos de los bebés que son un bote con agujeros triangulares, circulares, cuadrangulares y estrellados, por cada uno de los cuales hay que introducir la pieza correcta.

La misma galería iluminada con el LED, sin flash.
 
 En otra covacha de la zona encontré esto:
rica miel natural, custodiada por las abejas.
 
Luego me fui a otro lugar donde sabía había murciélagos. Ya han nacido los murcielaguines de este año y había muchísimos grupos de jóvenes apiñados los unos contra los otros, formando rosetas.