miércoles, 31 de enero de 2007

mesonero petrificado

El pueblo está en Palencia, y por él pasa el camino de Santiago.
Hace unos 15 años paramos allí a comer, viniendo de esquiar en el Alto Campoo, tres familias con toda su prole, llenando una de las grandes mesas alargadas.

El dueño del mesón -que queda a la izquierda de la foto, y que por tanto no se ve- por entonces vivía, y me acuerdo de él, no de su imagen ni de su cara, pero sí de la escena: estaba sentado en el extremo de una de las largas mesas que debía de tener reservada para los peregrinos. Según una antigua tradición, a todo que aquel que pasara de peregrinaje hacia Santiago se le proporcionaría alojamiento, agua y sal... o algo así.
Este señor les invitaba a comer y les daba conversación. La mesa reservada para los peregrinos no estaba llena (aunque el resto del mesón sí), habría unos cuatro peregrinos en ese momento. El dueño se sentaba con ellos y mientras zampaban, les amenizaba- ¿les interrogaba, les soltaba su rollo, o les observaba buscando alimentarse empáticamente de sus expresiones de gozo al comer?

Estaba muy orgulloso de su mesón, muy preocupado por que los comensales se fueran satisfechos, y... por su libro de visitas. Que ponía a circular por todas las mesas, para escribirle una frasecita.
Menudo apuro, ¿qué le pones?, ¿algún piropo de compromiso?, a mí se me da muy mal esto...
El mejor asado que he comido en mi vida.
Esto es mejor que el Buguerkin'.
Pom porrorrom, este mesón mola mogollón.
Que iglesia más fea hay en frente.

...lo mejor es leer las anteriores para buscar inspiración.

Hoy volvimos a parar por ese pueblo, tres personas de las de entonces y otra más, esperando comer allí ya que por los pueblos de los alrededores, en invierno, apenas hay vida, no hay demanda y está todo cerrado. De todas formas, también estaba cerrado éste, y el dueño ya había muerto. Junto al edificio estaba esta estatua de él mismo, retratado con la caracterización tradicional en la que vivió y con la que llevó su mesón.

Ahora se entretiene observando la iglesia, con un asiento libre a su lado por si alguien quiere compartir su mesa.

domingo, 28 de enero de 2007

radio list 2

Y más canciones...

[eliminada la lista de canciones ya que con
algunos navegadores se congelaba la página]

viernes, 26 de enero de 2007

radio list

Como complemento al post anterior, ahí va una lista de canciones que acabarían con la tranquilidad de una isla desierta.

[eliminada la lista de canciones ya que con
algunos navegadores se congelaba la página]

jueves, 25 de enero de 2007

tres canciones a una isla

¿Qué tres canciones te llevarías a una isla desierta? Un testigo que me pasa Aiyana.

Pues me llevaría... nada de canciones tranquilitas porque la isla ya tendría suficiente sopor. Ni canciones en castellano porque la letra acabaría repitiéndome pronto, lo que supondría graves riesgos para mi salud mental.

Kurenai de X-japan. Esperando que la isla contase con un buen equipo de graves, porque si no, la música no tiene fuerza.

Wisdom of the Kings de Rhapsody, que además tiene muchos coros, que me harían compañía en medio de los monos de los cocoteros mientras les vacilo.

y otra en japonés: esta canción de Mazinger Z, que ambientaría muy bien la exploración por los palmerales de la isla. (A saber las gilipolleces que dice la letra).

Sólo espero que la isla fuera grande y llena de recovecos (y "rocovecos") que explorar para no aburrirme, porque de escuchar siempre las mismas canciones terminaría rallado.

Y el testigo lo meto en una botella que lanzo al océano, para que lo retome cualquiera que la encuentre en la red... de su barco de pesca.

El tercer hombre (una historia del revés)

El tercer hombre volvió al cabo de un mes al pozo.
Pero cuando se dispuso a salir de allí, se dió cuenta de que la cuerda había desaparecido.
Sacó un cuchillo y le abrió el vientre. De su interior sacó la gema.
En el fondo encontró un cuerpo muerto que se mantenía en perfecto estado. Pareciera un hombre algo desinflado durmiendo, pero él sabía que estaba muerto, muerto de inanición.
Regresó al cabo de un mes, ató la cuerda, y descendió al pozo.
Y se marchó dejándo al otro allí.
Cuando la cuerda se destensó, el escalador había alcanzado el fondo del pozo, y el segundo la recogió.
Pero el segundo lo sabía muy bien, y le vino estupendamente la invención del primero para evitar tener que montar una falsa disputa sobre quién bajaría en primer lugar.
Se había inventado el cuento de los túneles - y por tanto la lejanía aún de la gema- para evitar una pelea sobre quién bajaría antes.
Será estúpido - pensaba el que bajaba. Sabía que no había túneles de ningún tipo, la gema estaría en el mismo fondo.
-De acuerdo - volvió a responder el primero.
Ataron la cuerda y el segundo se dispuso a descender con alevosía disimulada. - Prepárate, una vez abajo recorreremos los túneles subterráneos hasta que encontremos la gema.
- Bien - respondió el primero.
-Ya hemos llegado al lugar, atemos la cuerda y bajemos -dijo el segundo.
Uno de ellos tenía una estrategia, y para ello, llevaba varios días hacíendose el tonto y el ingenuo, aumentando la confianza del otro, y llevándole a planear su estrategia tal y como el primero pretrendía que el segundo la planease...
Secretamente había suspicacias entre ellos, ¿quién bajaría primero? ¿quién se haría con la gema?
Aquel que se la tragara dejaria de envejecer, sería inmune a las enfermedades y adquiriría el poder de la autoregeneración.
Los dos hombres llegaron hasta el claro del pozo, el pozo en el fondo del cual se encontraba la gema de la eterna juventud.

martes, 23 de enero de 2007

¿y dónde los aparcamos?

... en la calle. ¡Jájajajajajá! Y luego... los pobres que aparcaban en la calle ¿dónde aparcarían?
Que no ¡hombre!, que basta con quitarlo unas horas para que pase la máquina.

PD: Yo no'e sío el graciosillo.

lunes, 22 de enero de 2007

primeras nieves

... si exceptuamos la nieve rugosa de congelador que cayó en Diciembre.

El agua del embalse de Navacerrada estaba picada, y sobre ella, entre un enjambre revuelto de copos de nieve, volaba una gaviota... ¿he dicho una gaviota? ¡si aquí no hay gaviotas! Bueno, sería otro tipo de ave planeando sobre las aguas como una gaviota, o Juan Gaviota intentado superar un nuevo reto: turismo de interior. Los gorriones se apiñaban en los árboles y en los arbustos, refugiándose del frío acurrucándose adoptando forma de pompones, parecían pelotillas.
Pero pronto paraba, le cuesta al cielo descargar. Tendrá que nevar más para que cuaje a esa cota, por ahora sólo se ve una capa superficial por encima de los 1.500 metros aproximadamente.
La temporada de esquí está perdida, este año ha tardado en nevar, hasta en el Pirineo.
La Maliciosa, con la primera nevada, un poco de azúcar "glaçé".

Esto no viene a cuento, son las nuevas torres de la "Ciudad Deportiva" -menudo eufemismo-, creciendo cada día unos centímetros. Tienen una escala monstruosa con respecto al perfil de la ciudad, cuando las nubes están bajas parecen columnas, "Los Pilares de la Tierra".

Y nada, me había salido a la calle a ensuciarme los pulmones, y aparece una señora mayor que quería apuntar un teléfono y no tenía bolígrafo ni papel, total, que la digo que espere que subo y se lo apunto yo. Y cuando bajo, insiste en darme una propina que tenía preparada. Me niego.
-Tome, para una cerveza.
-No, no. Además no me gusta la cerveza.
-Pues para un café a mi salud.
Me empiezo a marchar, pero la señora me sigue y me mete la propina en uno de los bolsillos anchos del abrigo. Me sienta mal, pero ya no hago nada.

Cuando subo, saco una moneda del bolsillo.
-Blablabla... y me ha da dado un euro... - vuelvo a meter la mano en el bolsillo-... no, espera, aquí hay otra moneda de dos euros. Y no recuerdo que llevase dinero en este bolsillo, ¡me ha metido tres euros!... ¡por apuntarle un teléfono!
-Eso es que tienes pinta de necesitado.
-Pues va a ser eso. :(

Ya había oído que el sueldo del botones en un hotel de muchas estrellas es lo de menos, se puede trabajar hasta gratis, cobrando exlusivamente de lo que se lleva uno en propinas. Pero en este caso, esto no era un hotel ni yo un botones. Hay cosas que no se hacen por dinero, si de verdad lo necesitase pues se lo hubiera agradecido, pero como no es el caso, me estaba poniendo en un compromiso.

Haciendo un razonamiento paranoico, quizá la propina sea debida a las nieves: "Año de nieves, año de bienes".

sábado, 20 de enero de 2007

la propiedad transitiva del punto de vista

Un nuevo día, frío y poco luminoso, así son estas mañanas. No me apetecía ducharme, nunca me apetece en invierno porque una vez que entras, cuesta cortar el chorro de agua caliente para salir tiritando al frío. Me lavé la cara y me mojé el pelo cubriéndomelo con una toalla a modo de turbante para apaciguar a los cabellos salvajes que se habían erguido rampantes moldeados por la almohada.

Bajé a desayunar a la cafetería, y me encontré con ella, le dí dos besos me dió cuando apareció, con su barba pinchante. Hacía mucho tiempo que no le veía, hacía mucho tiempo que no desayunaba aquí. Busqué en el bolso rápidamente el móvil y entré en la agenda antes de que se me olvidara, "dime tu nuevo número, que no lo tengo". Nos despedimos quedando en llamarnos una tarde, lo de siempre.

Esperando para cruzar la calle se paró a mi lado un joven que daba el paseo mañanero a su perrito, muy simpático. Me agaché para acariciarle, y me respondió poniendo ojitos tiernos respondí a esa mujer que me acarició. Hay que ver las cosas que tiene que hacer uno para vivir del cuento. De todas formas, este mundo no está hecho para los perros, uno ya no puede vivir de forma natural y salvaje. Un perro sólo tiene dos caminos para subsistir: o trabajar para los humanos, o ser mascota de los humanos. La segunda opción es quizá la más llevadera, te asegura manutención vitalicia sin que te maltraten, pero hay que trabajárselo bien. Muchos perros son abandonados, y un perro sin empleo ni dueño acaba encerrado y finalmente asesinado.

De pronto observé cómo un señor de muy malos modos empujaba a mi amo, iba con prisa pero en lugar de disculparse le culpó a él del choque. Oliendo la rabia de mi amo, decidí responder por él y me lancé a morder a ese sujeto, pero me detuvo la correa detuvo al perrucho ese, pensé que iba a morderme, deberían prohibir los perros, son un peligro y una fuente de suciedad y enfermedades. Dejé atrás a ese niñato y a su perro y llegué a la parada del autobús. Cuando llegó venía lleno. Es indignante que nos traten así a los ciudadanos, ¿qué hacen con nuestros impuestos?, deberían aumentar la oferta de transporte público para evitar que los ciudadanos solidarios que pagamos nuestros impuestos tengamos que viajar hacinados, y prohibir todos los vehículos privados en la ciudad, pues son una fuente de ruido y contaminación.

Y al llegar a mi parada, como siempre estaba ese maldito viejo situado en la salida, formando un cuello de botella al paso, indiferente. A este tipo de personas les deberían prohibir la entrada a ese tipo de personas tan maleducadas que empujan y te tratan de malos modos, con impaciencia, sin pararse a pensar que a esta edad uno no tiene las mismas facilidades que en la juventud para moverse y aguantar en pie en un autobús.

De camino a la clínica para recoger los análisis me topé con un desconocido que me saludó afectuosamente saludé al señor Marcelino, pero él no pareció reconocerme en un principio, le tuve que refrescar la memoria, "soy un amigo de su hija, el..", "ah, sí, ya le recuerdo...". Intercambiamos una breve conversación, el pobre hombre está ya muy cascado, insiste en no llevar bastón ni dejarse ayudar pero le cuesta andar. ¡Qué casualidad encontrarme con ella y con su padre la misma mañana! Debe de ser una señal del destino, creo que debería llamarla esta misma tarde.

viernes, 19 de enero de 2007

reconstrucción de los hechos

Me encuentro una nota en un "post-it!" sobre la mesa, y al lado el lápiz de la tableta gráfica, que estaba guardada en la estantería de al lado.
No estaba presente pero me imagino lo sucedido:

-Espere un momento que busco papel y boli... ya, diga.
...
-Oops, espere que este bolígrafo no pinta.

Pero antes de eso, en el súper, escuchando a un señor hablar, me dió por pensar en la multitud de formas en las que la gente pronuncia extrangerismos, como sandwich o pizza.
sánwich, chanwis, sanwis, shanwis, sandwich, sandwis, sanwish...
piza, pizzza, pitsa, pitza, picsa, pidza, pidsa, pisa, pisha...

Y mucho antes todavía...
Esta mañana tuve que hacer unas visitas de trabajo por el sureste de Madrid, había niebla y eso me encanta, conducir viendo como cada próximo tramo de carretera que vas a recorrer va apareciendo de la nada; te puedes imaginar que no existe y que la van construyendo a toda velocidad detrás del telón blanco, en el fondo es lo mismo. Y a los lados los árboles aparecen de pronto como figuras fantasmagóricas, como esqueletos orgánicos, pelados en esta estación.

Cuando terminé lo que tenía que hacer, se habían levantado las nubes y hacía sol. Y aproveché para visitar las cuevas cavernícolas de Tielmes (bueno, en verdad pertenecen al término municipal de Perales de Tajuña), algo que quería hacer desde hace tiempo cada vez que pasaba por ahí; se ven mismamente desde la autopista.
El terreno in situ está formado por una macla de láminas cristalinas de mica-feldespato, y yesos y magras. Es decir: toses al lado de una pared y se cae. Es un terreno muy blando y deleznable (ojo, que deleznable tiene varios significados), y de hecho, en el municipio es raro no encontrar una cueva subterránea cada vez que excavan para construir un nuevo edificio.
Por tanto, el mérito de los cavernícolas no fue el de excavar las cuevas, sino el de lograr que no se les derrumbaran encima.

La orografía del valle es similar a la del pueblo de mi abuelo, en Segovia: páramos y barrancos, cuevas y cañones erosionados. Pero si se te ocurre la feliz idea de intentar trepar por una pared, descubres que te llevas en la mano, arrancado de cuajo, el trozo de saliente al que te pensabas agarrar. También "crecen" por aquí esas piedras llamadas de jardín: bloques deformes de formas suavizadas, de aspecto óseo, llenos de oquedades; que quedan muy bien para rodear parterres de flores o estanques.

En cualquier caso, creo que la palma de suelos blandos yesíferos se la lleva Calatayud, en Zaragoza. Es mundialmente conocida la torre de Pisa por su inclinación, pero Calatayud no tiene una torre, tiene toda una ciudad de edificios y torres torcidas, al menos hasta que empezaron a cimentar con pilotes. Ya tuvieron problemas en el trazado de las vías del AVE por la zona porque se les deshacía el suelo...


La ciudad cavernícola de los antiguos pobladores.
(del neolítico)


Desde una de las cuevas, en concreto desde... una cualquiera.

Ésta es sin duda la cueva más segura.

Restos de antiguos pobladores más recientes que los cavernícolas.
(del chimeneolítico)

La central de correos y mensajería de los
antiguos pobladores más recientes.

Palomar abandonado.

jueves, 18 de enero de 2007

el club de Carlo y Mario

Hace dos años, me dió por buscar en una guía local un club de fans de Bud Spencer y Terrence Hill, para ver si había algo tan irrisorio. Y ví que existía, estaba en Denia.
Así que, con coraje y valor fui a visitarlo, aprovechando que salía con una chica de Denia y nos veíamos los fines de semana.
El club, resultó ser un bar del Atlético de Madrid, que se llamaba El Angelillo, El Andreillo, o algo por el estilo.

Dentro estaban el típico gordo con barba apoyado en la barra, gafas oscuras, Eugenio con 100 kilos más; y el camarero, un tipo enclenque y delgado, con entradas, de unos cuarenta años, con arrugas y sonrisa de zorro, despierto y con labia.

Les pregunté por el club de Bud Spencer y Terrence Hill, y me respondieron que era allí mismo, que se solían reunir cada dos semanas a ver las pelis y a comentarlas.
Mi amiga pidió una fanta, no tenían; así que pidió un café. Yo pedí una caña, y el camarero me dijo que no tenían grifo de cerveza, de modo que me abrió una cerveza de medio litro y medio fría, y me la echó en un vaso.

Estuvimos diez minutos, porque no encajábamos allí. Estaban viendo el ciclismo, sin apartar la vista de la tele, absortos en los pedaleantes, en absoluto silencio. La televisión estaba algo escacharrada y el volúmen iba in creschendo, por lo que el camarero debía de acercarse cada dos por tres, pues no tenía mando a distancia, a darle con un marco al volúmen.

Me acosté contento aquel día, de saber que existía el club de Bud Spencer y Terrence Hill.

Una historia -casi- real de Fran Kapilla

Mario Girotti y Carlo Pedersoli

miércoles, 17 de enero de 2007

saqueo familiar

Esta tarde estuvimos en casa de mi abuelo: mi padre, mis dos tías y yo. Mi abuelo sigue vivo, está en un residencia, bastante jodido pero con una vejez decente en comparación con lo que hay por ahí. Yo creo que no sufre, sino que más bien se aburre soberanamente allí, al menos su mirada me dice que sigue fuerte por dentro. El año pasado se dió un golpe en la cabeza que se calló, hasta que no soportó más la hemorragia interna y le llevamos al hospital. Le tuvieron que abrir el cráneo, y le ví allí en la cama más delgado y débil que nunca, con noventaytrés años. Superó la operación, pero después de esa se le llevó a una residencia, porque ya casi no podía andar y tenía regresiones mentales, le costaba recordar nombres o se veía en épocas pasadas. En verdad eso fue al principio, la última vez que le ví parecía bastante situado en el presente, y en la esperanza de largarse de allí, cosa que no podrá ser porque necesita atención 24 horas.

Como la casa está vacía, ya nadie va a volver y seguramente se venda, empezamos a llevarnos cosas.
Mi abuelo fue militar y hay varios manuales antiguos del ejército, aunque lo más morboso es una pesada ametralladora similar a las que llevaban las parejas de la guardia civil en épocas pretéritas, y que se llevará mi tía para uno de mis primos que es mismamente guardia civil. Insinuó que ya sólo valía para hacer una lámpara con ella... como otra que tiene mi tío que ha sufrido ese horrible destino. Pobre arma... terminar así, disparando voltios en lugar de balas.

También era muy aficionado a la fotografía, tenía varias cámaras y objetivos que se repartieron entre las dos hermanas. Aunque a mí también me encanta hacer fotos, no quiero para nada cámaras de carrete o videocámaras de película de rollo, pero da pena tirarlas. Lo único aprovechable serían los objetivos y filtros que supongo que seguirán sirviendo para las cámaras actuales.
Era muy ordenado, los cajones llenos de cajitas, y dentro de cada cajita multitud de objetos pequeños. Creo que durante los últimos años se dedicaba a ordenar su escritorio, con todo el tiempo del mundo que tenía, pero nada más. Lapiceros sin estrenar, libretas vacías...
Me hizo gracia encontrar linternas de esas de los años 70-80, las que recuerdo de mi infancia, que eran una especie de caja con una bombilla frontal, y que se abrían para albergar una enorme pila de petaca. Busqué algún lápiz bicolor, de estos que se sacaban punta por los dos extremos: uno rojo y otro azul, porque los relaciono desde pequeño con mi abuelo, pero no encontré ninguno.

Cuando entré en el comedor me acordé de hace un par de años - cuando iba a llevarle la cena algunos días-, y se acercaba al mueble, cogía una caja y sacaba de ella una bolsa de palmeritas que pareciera tenía escondidas como si fueran especiales, para que no se las zampara la chica que iba por el día a cocinar y limpiar. Y me decía "come come". Tuve una sensación honda de pérdida, pero rápidamente recordé que sigue vivo aunque no esté en su casa. Menos mal, mejor hacer el "saqueo" ahora que luego.

Se buscaron todos los álbumes de fotos y se juntaron para un posterior reparto o escaneo. Las diapositivas se quedaron en su sitio, y me gustaría llevármelas tan solo para verlas bien todas, ojeé a la luz algunas de Navacerrada, Cercedilla y El Escorial, zonas que conozco bien.

Para mí, preguntando siempre previamente porque somos muchos nietos, aparté un radiocasete... muy parecido a otro que tengo, con la diferencia que el mío está sucio y cascado y el de mi abuelo está impecable, como recién salido de la tienda. Libros de idiomas antiguos: gramática italiana, curso de francés, y diccionario de alemán; un curioso diccionario ideológico de la lengua castellana, tal que si buscas por ejemplo "perfume", te aparecen palabras relacionadas como flor, olfato, nariz...
También me llevé una caja de herramientas y una bolsa con Soles peruanos que no sé de dónde diablos ha podido salir. Quizá alguna de las chicas que le atendió era peruana, no lo recuerdo. No colecciono especialmente monedas, pero tengo un saco lleno de ellas en el que arrojo las que se cruzan por mi camino.
Mi padre se llevará las sillas, en especial dos mecedoras cuya madera permanece impecable y que por lo visto tienen más de 50 años; se las fabricaron en Manacor, donde vivieron de pequeños una temporada y se las trajeron desde allí al mudarse.
La mayor parte de las cosas se han quedado en la casa, para venir otro día a llevárselas cada cual.

Tanto al entrar como al salir nos encontramos con vecinas que se interesaron por mi abuelo. Al parte de rigor sólo faltaba añadir: "y nosotros aquí de saqueo, ya ve usted".

domingo, 14 de enero de 2007

poema fonético 2

Viento que suspiras, a la noche cerca ve.
Bien toque sus piras, al anochecer cavé.

Viento, dominó, vela; calla mentirosa.

Ví en todo mi novela, caíame en tí, rosa.

oOo

Él abre la tasca ido, medio soñando estaba.
El abrelatas caído me dió Sonia. Ando, ésta va.

oOo


jueves, 11 de enero de 2007

el arte de conversar

He encontrado en este blog una reflexión sobre el yoísmo. Y no puedo evitar verme reflejado en demasía.
Esto explicaría por qué suelo ser tan mal conversador y por qué agoto los temas enseguida. Tiendo a conjugar dos malos hábitos, que en el fondo tienen una consecuencia común: romper el ritmo del interlocutor y quitarle palabras.

El primer mal hábito (mal hábito de cara a las relaciones sociales, en las que la conversación es un pilar fundamental, independientemente del tema o la relevancia. Si no hay conversación se crea incomodidad), es, como digo, ese "yoísmo", que consiste en no tener tanto interés por escuchar al otro, como por aprovechar el pie para meterte tú como protagonista, hablar de tí, o del punto de vista que a tí te interesa. A veces es simplemente inseguridad, por no estar demasiado callado intentas llevar de golpe la conversación hacia aquello de lo que mejor sabes hablar: de tí mismo y de tus cosas de interés.
Un ejemplo:
-¿Sabes que me he comprado un perro?
-Yo tengo un perro, es un pastor alemán, me encantan los pastores alemanes.

Psicológicamente el otro recibe el mensaje de "Me importa tres pepinos tu perro, pero ya que ha salido el tema de los perros, vamos a hablar del mío y de mis gustos".

El segundo mal hábito podría denominarse de muchas formas: "interferencia", "completación"...
Tambien donota desinterés, le estás diciendo "venga, termina ya", "anda, que te termino yo la frase que no acabas nunca".
Consiste en no dejar terminar al otro y rellenarle la frase, o acotarle las opciones. También podrían entrar aquí las preguntas muy muy cerradas, que pueden ser fatales para una conversación poco consolidada, ya que todas las dudas se resuelven en la propia pregunta, y para la respuesta tan sólo suele quedar espacio para un sí, un no, un blanco o un negro. A continuación puede venir un largo silencio.
Dos ejemplos:
pregunta: -¿Así que el otro día fuiste al cine a ver esa película?, todo el mundo dice que está muy bien, sobre todo la escena del final...
respuesta: - Eh, sí, está bien. Ve a verla. (qué más te puedo contar)

[¿y ahora qué?]

pregunta: - ¿Haces eso porque lo has leído en el libro X o porque anoche lo viste en el programa de televisión Y donde lo explicaron? Por lo visto esa práctica tiene un orígen oriental...
respuesta: - La B. (Si me hubieses peguntado simplemente que por qué hago esto, o hubieras sugerido que me notabas extraño, igual me hubiese explayado algo más en este tema y otros que no habrías imaginado y te sorprenderían)

De todas formas, hay gente a prueba de interferencias, y por mucho que les acotes, se enrollan o bien recitando imperturbables lo que ya has dado a entender que sabes o bien derivando rápidamente hacia aspectos menos conocidos. Suelen ser buenos charlatanes, que tienen respuesta larga para todo... incluso para tu silencio.

Un buen conversador, más que aquel que se sabe enrollar (puede que en verdad sea un yoísta que ni siquiera te escucha ni te tiene en cuenta, al que simplemente se le da bien soltar una palabra tras otra), es aquel que sabe darte pie, esperar su turno sin mostrar impaciencia, escuchar y responder en consecuencia (señal de que te ha escuchado).

También están - como cuentan en el blog citado al principio- los que, conscientes de todo esto, fingen interés cuando realmente no lo tienen. A todos nos agrada saber que alguien se interesa por lo nuestro, o por nosotros mismos. Por tanto, es relativamente fácil (pero hay que tener estómago) fingir ese interés y caer en una artificiosa conducta opuesta al "yoísmo": el "tuismo". El problema es que se huele a la legua, y cuando detectas esa falsedad o antinaturalidad, la imagen de la otras persona se resiente. Lógicamente, el problema es para la otra persona, que se puede creer que está consiguiendo su objetivo cuando realmente si no la han mandado a la mierda seguramente sea por timidez o por conveniencia.
¿Que finje interés mientras le interesa que yo crea que le intereso?... finjo que me lo creo mientras me interesa que crea que me lo creo.

Estas situaciones se pueden observar mucho en contextos donde la gente busca hacer amigos rápidamente, en el comienzo de un curso por ejemplo. La gente no se conoce, pero por no quedarse descolgados, muchos intentan acercarse artificialmente a otros usando esta táctica de contener su propio ego (de momento) para caer bien y formarse un grupo. Es una pose provisional y en cierto modo común. Y si el otro está igual, intentando hacer amigos, hará la vista gorda a esa falsedad inicial, porque él también está buscando hacer grupo, los fines son los mismos y los comienzos son difíciles, hay que ceder un poquillo. Con el tiempo, cuando ambos tengan ya un grupo de amigos y puedan permitirse elegir, empezará la selección salvaje, y con los que no hayan dejado atrás la artificialidad del principio para pasar a la naturalidad una vez superada esa etapa de tanteo y primeras impresiones, ya sí que no se hará la vista gorda. Provocarán rechazo inconsciente, y el consciente no se autoengañará ni cerrará los ojos.

Todo esto es muy genérico, por supuesto. Pero esta conducta se puede entender desde un punto de vista más amplio: cuando no puedes elegir, perdonas más y bajas el listón, es o eso o nada. En cambio cuando tienes una oferta amplia y constante... seleccionas, eliges y rechazas con menos contemplaciones.

En definitiva, y retomando el hilo, puede que todos pequemos de más o menos yoísmo. Si nuestro interlocutor nos lo consiente puede ser porque esté intentando caer en gracia buscando integrarse; porque por timidez no sea capaz de cortanos; porque esté fingiendo complacencia; porque no tenga nada mejor que hacer y al menos mientras le sueltas el rollo aparenta sociabilidad; o porque nos conozca tanto que realmente sí que le interese tu ego-discurso (sería extraño en un desconocido, salvo que esté muy aburrido o ávido de conocer psicologías nuevas, o hacerse sus estadísticas de arquetipos)
Bueno, también hay gente que sabe hablar de sí misma de forma amena y divertida, de forma didáctica. Esto es: a parte de soltarte un rollo que no te incumbe, introduce informaciones que llaman y divierten.
Un ejemplo de rollo yoísta vacío e inaguantable sería:
-Yo voy a la peluquería todas las semanas, la peluquería abre a las 10 y yo llego a las 11. Cuando salgo de la pelu me tomo un café en el bar de la esquina, donde me suelo encontrar con mi amiga Piluca, que tiene un novio que trabaja en la industria del plomo...

En este ejemplo, el yoísmo degenera en "terceraspersonasimo". Lo destacable es que en todo el discurso no hay información útil ni interesante, ni si quiera aprendizaje, todo es información basura... salvo que te sirva para aprender a hablar de la misma forma y soltar rollos soporíferos para rellenar el silencio (en la mayor parte de los casos se socializa uno mejor soltando rollos de estos que mostrando un inquietante silencio). Datos vacíos y terceras personas que no conoces, por lo tanto no te dicen nada.

La misma conversación, sería interesante de la siguiente forma.
-Yo voy a la peluquería todas las semanas, el corte de pelo que llevo me lo hacen así, así, así, y hay un truquillo que... [mira, estoy aprendiendo algo, interesante]. Cuando salgo, me tomo un café en el bar de la esquina, el bar de Rompetechos. Le llaman así al dueño porque está todo el día hablando de comprar el piso de arriba, unirlo al bar y hacer un comedor [anda, un poquillo de humor desenfadado, es agradable]. Por allí pasa mucho mi amiga Piluca, que está totalmente ida, a veces baja en zapatillas de patitos a desayunar al bar [no la conozco, pero imaginarte esa excentricidad despierta interés]. Tiene un novio que trabaja en la industria del plomo, y además es aficionado al salto de pértiga, como tú [Jo, si hasta me tiene presente aunque esté hablando de ella]...

Resumiendo, lo que quería decir es que YO soy un mal conversador. No sé si por aquí eso se puede notar.

miércoles, 10 de enero de 2007

poema fonético

Yo, viendo al aya bajando
lloviendo, Alaya va ajando.

Halla las hayas allá abajo,
haya la saya asa, ya bajo.

oOo

Llevando velas, ve las ávidas almas, ve entes avernos,
levando ve-las. ¡Ve lasa, vida!, ¡sal más, ven tesa a vernos!

oOo

jueves, 4 de enero de 2007

el móvil

Me ha encantado este vídeo, tiene algo de poético. Es una representación hiperbólica de un personaje maleducado "vestido" con un enorme teléfono móvil gracias al cual puede lanzar sus gritos ninguneando y pisoteando todo su contexto físico cercano.

Pero no deja de ser simpático, porque no tiene maldad. En el fondo sólo quiere hacerse oír y tiene poca paciencia. Las dificultades para escuchar o ser escuchado, irritarían a más de uno.